"No sé qué es lo que más necesito en este momento, si tu atención, o tu compañía. A decir verdad,..."

No sé qué es lo que más necesito en este momento, si tu atención, o tu compañía. A decir verdad, nunca he sabido qué es lo que más necesito de ti, si de tus labios, o tus complejos. Te quiero como a ninguna, y deseo que formes parte de mi vida, eso está claro; pero tu inocua manera de ignorarme sobrepasa todas las barreras de mi paciencia. A veces pienso que sólo soy un capricho más en tu vida, que sólo dudaría un par de semanas si regresas, y que la magia terminaría en el inodoro, junto con todas las copas de alcohol que seguro me bebería, al ver tu partida una vez más.

Seguimos en invierno, hoy llueve, y mis labios piden el sabor de tu piel. Quisiera abrazarte como la última vez, respirar la fragancia de tu cabello y susurrarte al oído “quédate”. Sé que mis palabras para ti son recipientes vacíos, pero la esperanza de que algún día me escuches aún late dentro de mí. Quisiera tomarte de la mano y caminar por todas las calles, que la gente volteara al vernos y envidiaran, aunque sea en pequeña cantidad, nuestra inmensa felicidad. Porque tú me haces feliz. Lo sabes, ¿no?

Y no sé qué es lo que más necesito en este momento, si que me abrigues, o que te quedes. Estoy desnudo en el pórtico, esperando por si decides regresar; y mis brazos, como ramas desnudas, se aferran aún al espectro de tu recuerdo. Quisiera tanto poder besarte y probar el sabor de tus sueños. Y aunque el vacío que dejó tu cuerpo sobre mi pecho me consume, sobrevivo; sobrevivo con la esperanza de volverte a ver. Porque me has dejado seco, austero; me has dejado con un dolor en el tiempo y una parálisis en la memoria. Pero aún así, sobrevivo; sobrevivo gracias al único anhelo intacto que me queda: la imagen de tu hermosa sonrisa cuando me viste por última vez.



- Joel Estrada. (via hojasrecienbrotadasdeunarbol)

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