Lo que más me dolió no fue que esto se acabara, me dolió que me dijeras que que te has sentido vacío cada vez que nos acostábamos. ¿Cómo se puede andar entregando el cuerpo sin sentir nada? Me dolió porque entonces eso significaba que todo lo demás fue mentira. Los abrazos, el acariciar mi cabello, esa necesidad de dormir abrazado a mi, entrelazar nuestras manos— No hubo promesas de amor, ni hubo ningún compromiso arreglado. Si hubo sonrisas, momentos mágicos, ternura, cariño, pasión, sexo sin control y un poquito de locura. Y me vienes tu a decir que te has sentido vacío cada vez que estabas conmigo? Tengo que darte crédito porque nunca me di cuenta que estaba acostándome con un robot. ¿cómo iba yo a imaginar que tras esa sonrisa había un vació? ¿cómo iba a imaginar que cada vez que me abrazabas o me tocabas la piel con tus manos, era mi propio calor el que sentía y no tu fría piel? ¿cómo carajos iba a pensar que aquel “me gustas” era fruto de un circuito descompuesto? No creo que estés vacío, el vació te consume y no te deja sentir. Estas roto.
Ya se acabó, me quedo con este dolor a medias, con este sin sabor de una ilusión. Lo que queda vacío es el espacio que mi corazón hizo para ti.
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